La estrella de Sir Ken Robinson es grande. Y brillante. Muy brillante. Nacido en Liverpool y afincado en EEUU, Robinson es conocido en la corte de la Reina Isabel -y en el mundo entero- por su aportación al mundo de la creatividad y la educación.
Su libro más conocido: “El Elemento- Encontrar tu pasión lo cambia todo”, contiene once capítulos y un puñado de historias que sirven de hilo conductor para una educación diferente, orientada a descubrir nuestro talento y construir una vida donde “nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestros sentimientos y las relaciones con los demás no funcionan de forma independiente”.
Sí. Tantas veces, vemos el brillo del sol y las estrellas, pero no apreciamos la luz que los demás ven en nosotros.
¿Qué es El Elemento?
Sir Ken Robinson utiliza el término “Elemento” para definir “el lugar donde convergen las cosas que nos gusta hacer y las cosas que se nos dan especialmente bien”.
Y afirma:
“Creo que es imprescindible que cada uno de nosotros encuentre su propio Elemento, no solo porque nos sentiremos más realizados, sino porque, a medida que el mundo evoluciona, el futuro de nuestras comunidades dependerá de ello”.
Hay un lugar, un lugar dentro de ti donde pasión y capacidad confluyen, donde suerte y oportunidad se abrazan. Cuando esto sucede, cuando encuentras tu elemento, tu estrella comienza a brillar.
Para algunas personas, este proceso lleva años. Otras han sabido identificar y cultivar su Elemento desde bien pequeñas. Pero unos y otros saben que el proceso de búsqueda y cultivo del talento es un viaje de ida y vuelta que nos lleva a conocernos, a descubrir nuestras capacidades y explorar los límites de nuestra inteligencia.
Y tú, ¿para que eres inteligente?
En el libro, Sir Ken Robinson cita a Gordon Parks y los tres rasgos que, según él, definen a la inteligencia humana: diversidad, dinamismo, peculiaridad. En el capítulo II del libro, Robinson llega a incluir hasta siete tipos diversos de inteligencia, un número infinito, lleno de infinitas posibilidades.
Desde la inteligencia lingüística, musical o matemática, hasta la inteligencia especial, kinestésica, interpersonal o intrapersonal, cada uno de nosotros nace con unas aptitudes especiales para determinadas facetas de la vida. Conocer tu tipo de inteligencia es un buen paso para descubrir cómo aplicar y desarrollar tu creatividad:
“Gran parte del trabajo que realizo con algunas organizaciones consiste en demostrar que la inteligencia y la creatividad van de la mano. Estoy convencido de que no se puede ser creativo y no actuar inteligentemente. Del mismo modo, la forma más elevada de inteligencia consiste en pensar de manera creativa”.
Sí. Hemos de volver a democratizar la creatividad. A reivindicarla como patrimonio de escuelas, cocinas, talleres de artesanos, habitaciones perdidas, startups y panaderías, empresas grandes y pequeñas, hombres y mujeres de aquí y de allá.
Pulir tu estrella
Además de aptitud, definida como la capacidad natural para una determinada actividad, se necesita actitud. No vale con ser bueno bailando, diseñando, jugando, negociando, organizando viajes, escribiendo, consolando a personas, organizando fiestas, proyectando edificios, bordando camisas o plantando tomates.
Además, es necesario ver la botella medio llena. Ser un tipo con “perseverancia, confianza en uno mismo, optimismo, ambición y capacidad de vencer el sentimiento de frustración”.
A los que calientan la silla
La Red está llena de preciosos manifiestos como el famoso Manifiesto Holstee, que apuestan por una vida creativa. Pero, como afirmaba Edison, “el genio es 1% inspiración y un 99% transpiración”.
Y quizás, quizás no necesitamos imaginar más, sino trabajar más. Probar más. Caer más. Equivocarnos más. Explorar más. Aprender más… haciendo más.
Sí, porque la creatividad es imaginación aplicada. Es pringar. Es pasar del dicho al hecho. O, como afirma Sir Ken Robinson,
“La creatividad va un paso más allá que la imaginación, porque exige que hagas algo en vez de estar tumbado pensando en ello. Es un proceso enfocado a la práctica en el intento de hacer algo innovador”.
Hacer. Hacer. Hacer. Tirar del hilo del presentimiento hasta dar con un desarrollo. Producir ideas, imaginar posibilidades, considerar alternativas, desarrollar opciones, elegir unas, desechar otras, analizarlas y perfeccionarlas. Usar determinados medios. Conectar las habilidades necesarias para poder hacer algo original. Encontrar una voz propia.
Sir Ken Robinson te cuenta más detalles, en esta conferencia de TED.
Fotografía destacada: Nuestra primera estrella desde Colombia, subida por Johanna