Esta entrevista fue posible gracias a Unis Designers. 

La transcripción de las preguntas dice así:

AA: ¿Se ha perdido la capacidad de contar historias? 

B: Estamos descubriendo el valor de contar una historia, los ingredientes que hacen falta para contar una buena historia y cómo contarlas es volver a comunicar. La publicidad con toda la avalancha de competencia había dejado de lado esta parte importante.

AA: ¿Cree que hay falta de historias o falta de creatividad para contarlas? 

B: Creo que hay falta de vivir más. Las buenas historias están en todas partes, sólo hacen falta ojos que aprendan a verlas y a tratarlas con cariño y a dignificarlas. Hacen falta personas que vivan más, dejar que las cosas nos afecten, ser más vulnerables, sustituir el control por la confianza y permitir que nos pasen cosas y que los demás nos conozcan como somos. Experimentar con lo nuevo. Si no lo hacemos, ¿cómo vamos a crear cosas nuevas?

AA: Crear historias para marcas, ¿aplica a todas? 

B: Me gusta una frase que dice que “Todo el mundo tiene algo que contar”. Por la pregunta sobre si aplica a todas las marcas, en principio, si es una buena empresa, con una marca consistente creo que sí aplica. La responsabilidad o la misión del equipo que va a construir esa historia no es inventarla, es descubrirla.

AA: ¿La creatividad tiene límites? ¿Se puede construir ideas geniales con bajo presupuesto? 

B: El dinero puede hacer mucho, sería muy ingenuo pensar que con medios económicos no se puede hacer mucho. Pero también creo que con amor se puede lograr mucho también. La capacidad de lograr colaboración e interés a veces es lo único que se necesita más allá del dinero.

AA: ¿A quién cree que deberíamos agradar con nuestras ideas creativas: a nuestro jefe, al cliente, a los amigos o a nuestra madre? 

B: La primera persona a la que debería agradar nuestro trabajo es a nosotros mismos. Si no te gusta lo que haces, quizás es el momento de plantearte otro camino. Y luego a nuestra madre, por supuesto. (risas)