Algunas personas son como el aire.
Su forma de estar en la vida es tan ligera, tan suave y sencilla que, cuando estás con ellas, parece que bailas.
María es una de esas personas.
Su estrella brilla hoy para Follow your own star. Y lo hace con dulzura, con ese brillo especial de quien guarda en su mirada la pureza de una vida que sueña y no cierra los ojos a una realidad que no siempre es como quisiéramos.
HISTORIA DE UNA ESTRELLA QUE BAILA CADA DÍA
A María le gusta la astronomía: “Siempre me ha entusiasmado”, nos cuenta. “Me viene de mi hermano mayor”. Cuando era pequeña, a María le gustaba pasar horas mirando aquel libro de su hermano mayor, “Cosmos”, de Carl Sagan: “Lo repasaba una y otra vez sin cansarme de ver estrellas y constelaciones, y fue así como descubrí la Estrella Polar y Andrómeda y las constelaciones de la Osa Mayor y Menor. Mi hermano tenía más libros de astronomía, pero éste es el que más recuerdo”.
De niña, María soñaba con ser bailarina. Y ahora se ríe al recordarlo: “¡Lo sé, es tan típico en una niña!” Ella, que guarda todavía en su mirada la ingenuidad y la dulzura que otros perdieron al hacerse mayor, ha cumplido su sueño: “Nunca he dejado de bailar y he probado con muchos estilos diferentes. Y aún así, me quedan sueños por cumplir”.
Y estrellas, ¿cuántas estrellas hay en su vida?
“Más de una”, cuenta María. “Tengo a mi padre que me mira desde el cielo, -él era sin duda una estrella y lo sigue siendo-, a mi sobrina que en vida brillaba más que una constelación, a mis tres hijos que son unos soles, y a mi madre que tanto me ayuda con ellos”.
En esta constelación que un día decidimos crear, María reflexiona sobre la magia de la colaboración: “Es increíble. Sin esa magia de la colaboración no se puede llegar a sitios difíciles, ni a más personas. Por eso me gusta tanto Internet”, continúa: “Porque encuentras todo, cualquier cosa que busques: amigos, lugares, y todo esto sin moverte de casa, esto también es magia”.
Magía, sí. Pero controlada: “Uy, sí, porque engancha, y como te descuides y no lo controles, tienes un problema, de pronto no puedes vivir sin internet, y no ves todo lo que sucede a tu alrededor”, apostiilla ella.
Casi al final de la entrevista, le pregunto a María:
- “¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?”
- “Sigue a tu corazón”, pero aún no he hecho demasiado caso….”