“Y, a las preguntas que me hizo sobre la metodología que pensaba seguir, le contesté que no conocía otra que la de llevar siempre las manos por delante para no tropezar, confiar en la intuición, y estar bien alerta a las incidencias de la ruta y al viento que soplase”. Carmen Martín Gaite, “El cuento de nunca acabar”.

Rose Marie Paulina, cuando leas este post, ya estarás en Murcia, disfrutando del hijo que viniste a ver desde Costa Rica.

Lleva cuidado con el calor, que Murcia en verano es una ollica a presión.

Si puedes, pídele a tu hijo que te lleve al mar: seguro que allí encuentras conchas y botellas, caracolas y bolsas de ésas que utilizas en las clases de arte reciclado que impartes a tus alumnos.

Desde que hablé contigo en la T4 de Madrid, pienso en la casualidad y me alegro de haberme comprado aquel paquete de rosquilletas que me llevó a sentarme a tu lado.

En mi pequeña moleskine de color verde anoté todo lo que me dijiste durante nuestra breve conversación, con esa naturalidad vuestra que hemos perdido en mi país.

Recuerdo que llevabas 24 horas despierta, de viaje:

-”Ya sólo me queda la última conexión Madrid-Murcia para ver a mi hijo”. 

Rose Marie Paulina, te brillan mucho los ojos cuando hablas de tu hijo doctor, ¿te lo ha dicho alguien ya?

Bueno, yo sólo quería darte las gracias, porque me fascinó descubrir que tus alumnos trabajan con la basura, creando belleza a partir de plásticos, papel, cartón o vidrio y todos esos residuos que, mezclados con papel, generan algo bonito.

Guardo  también aquel consejo tuyo: “Tú lleva a los muchachos a lo visual, y luego, sólo luego, pídeles que te escriban una memoria de su proyecto: así aprenderán a reflexionar verbalmente de lo que han hecho visualmente. Así aprenderán a manejar dos lenguajes. Lo van a necesitar”. 

Rose Marie Paulina, ¿tú crees que en las universidades estamos enseñando a los alumnos el lenguaje de la intuición?

Es que creo que ése también lo van a necesitar.