The Way of Saint James es al Camino de Santiago lo que la Vía Láctea a The Milky Way: una bella traducción al inglés que habla de polvo y estrellas, peregrinación hacia el mar que guarda en su viera secretos de una mochila que anda.
Son las once de la mañana y el sol cae con fuerza.
Al borde del camino hay japoneses y un grupo de ciclistas. Un hombre americano cubre su enorme barriga con una camiseta de San Fermín. Mientras, una pareja de runners avanza a buena velocidad por la senda empinada que lleva al Monte del Perdón, el lugar donde el viento baila con las estrellas.
Aquí, todos dicen “Hola” y “Buen camino”, y nadie parece pensar en los cerca de 700 kilómetros que les separan de la meta:
-”Sólo tienes que caminar hasta la próxima señal” dijo el francés del Albergue de la Cruz de Malta. “Y luego un poco más, hasta la siguiente señal. Y así, hasta el final. Sabes que la historia tiene un buen final, por eso caminas. Por eso soportas las ampollas, el peso de la mochila y el calor de la mañana.“.
Luego añadió:
-”Pase lo que pase, nunca olvides por qué caminas. Te dará mucha esperanza”.