A lo largo de mi vida ha habido muchas personas que me han inspirado y apoyado hasta hacerme llegar al punto en el que estoy ahora, pero si solamente pudiera mencionar a las estrellas de mi vida esas serían mis padres y mi hermano. Ellos han sido los únicos que han estado desde el día en que nací (mi hermano llegó al mundo cuando yo tenía siete años, pero ya no recuerdo ni me puedo imaginar la vida sin él).

Estas tres personas me han visto reír, llorar, recién levantada y con mis mejores galas. Han estado presentes en los momentos más importantes de mi vida y me han demostrado su amor, cariño y apoyo en los peores. Me han educado y me han hecho llegar a ser la persona que hoy soy. Han creído en mí cuando ni siquiera yo lo hacía. Como agradecimiento, tengo pensado tatuarme tres estrellas en el tobillo, una por cada uno de ellos. Así, esté donde esté y llegue donde llegue en la vida, nunca olvidaré gracias a quién lo he conseguido.

Gracias a mis padres, que pusieron Internet en casa, descubrí páginas web donde personas desconocidas colgaban interesantes historias sin necesidad de ser escritores profesionales. Fue en ese momento cuando me pregunté: “si ellos pueden hacerlo, ¿por qué no lo voy a hacer yo?”. Sin saberlo, en aquel instante comenzó un nuevo capítulo en mi vida, el de la pasión por la escritura. La misma pasión que me ha llevado a estudiar un grado en Periodismo y la que me ha enseñado que, si no eres capaz de decir algo por miedo o falta de fe en ti mismo, siempre tienes la opción de escribirlo y expresarte sobre el papel.

Y fue Internet el que me ha llevado a encontrar otras personas que me han servido de inspiración y que, al conocer su historia, me han enseñado a no darme por vencida. Por ejemplo, un grupo que reside en la ciudad de Bend (Oregón, Estados Unidos), King The Kid. Se trata de tres chicos jóvenes y apasionados por la música que se unieron y, a pesar de no disponer apenas de recursos, han superado todas las barreras y han conseguido sacar un disco en el que todas las canciones han sido escritas, producidas y montadas por ellos, además de encargarse de su promoción. Ellos son la mayor prueba de que, si de verdad persigues y te entregas a un sueño o una vocación, no existen barreras ni límites. De nuevo, me hacen preguntarme: “si ellos han lo han conseguido, ¿por qué no voy a ser capaz de conseguir yo mis objetivos?”.

Gracias a las estrellas de mi vida creo en mí misma, soy más fuerte, me han hecho ver que puedo ser capaz de todo lo que me proponga. Y sé que, por muchas veces que me caiga durante el camino, todas las estrellas que me rodean van a estar ahí para levantarme y animarme a buscar la mía propia.