Siempre he tenido una fascinación por las estrellas, desde que soy pequeña, a los dieciséis cuando murió mi mamá, las personas siempre me decían que ella estaba en el cielo cuidándome, y es ahí donde me di cuenta que ella se había vuelto la estrella que me cuidaba todos los días, es por eso que dos años después, me tatué en la muñeca izquierda (la que se encuentra más cerca del corazón) una estrella morada para llevarla a ella siempre conmigo.
Pd. Su color favorito era el morado, al igual que el mío.
Mónica,
Qué historia tan bonita, muchas gracias por compartirla. ¡Un abrazo!
q lindo estrella y q lida el corazon