Somos novios

Somos novios


 

“¿Qué necesitamos?- preguntó. - Nuestras cosas- contestó Aranmanoth dubitativo. Nuestras cosas somos nosotros dos. No necesitamos nada más”Ana María Matute, Aranmanoth.

Me  había tocado en medio. A mi izquierda, una navarrica se quitaba el jersey. A mi derecha, un diccionario reposaba en las rodillas de una chica extranjera que debía rondar la veintena.


En Pamplona, mientras, nevaba.

Miré hacia la ventanilla del avión y me detuve en la cabeza de la chica del diccionario. Cinco horquillas sujetaban su corta coleta. Era extranjera, seguro. Tenía pinta de simpática. Copiaba palabras: del diccionario a su libreta, de su libreta al diccionario. Antes de arrepentirme, saqué el experimento de la funda de plástico que lo resguardaba y me dirigí hacia ella:

- Hola, estoy haciendo un experimento. ¿Puedo pedirte un favor? ¿Escribirías en esta libreta tus palabras favoritas?

La chica con el diccionario en su regazo miró con cara de holandesa, y luego contestó:

- Sí, claro. Pero no hablo casi español. He venido cuatro meses a aprenderlo. ¿Te vale si escribo palabras en mi idioma y las traduzco al inglés?

Estábamos despegando cuando Charlotte comenzó a escribir:

“Desalniettemin” (sin embargo), “desondanks” (entonces), “hoplietenfalanx” (“es algo histórico, me gusta porque es una palabra difícil de pronunciar que aprendí de mi padre”). “Olifant” (“elefante, mi animal favorito”), “welternsten” (significa buenas noches, me gusta porque suena dulce cuando lo dices, y porque puedes abreviar la palabra y jugar con ella”).

Al acabar, le pregunté por alguna palabra favorita en castellano, ahora que estaba aprendiendo nuestro idioma:

- “Me gusta mucho la palabra novio, ¿quieres saber por qué?”

Algo se encendió dentro de mí: atención, que llega la buena historia.

- Sí, claro, me encantaría.

- Mi novio es holandés, y está muy triste por los cuatros meses que pasaremos separados. Bueno, también es que los chicos españoles le dan un poco de miedo. Una de las primeras palabras que aprendimos en español fue “novio”. Desde entonces bromeamos: ”Cuando algún chico te pregunte de dónde eres, dile: -Soy holandesa. Y tengo novio”.

*Esta historia es de 2012, el año del experimento “Todas las palabras bonitas”, el año que descubrí Aranmanoth. Gracias Ana María Matute.

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